HIELO Peru Medem
454.479. Un número, en apariencia, indiferente. Un número que, sin embargo, afecta nuestro contexto vital más inmediato: corresponde a los metros cúbicos de hielo que se derriten en la Antártida cada minuto a causa del calentamiento global. A pesar de la tragedia medioambiental y de los múltiples efectos que está produciendo un cambio climático ya irreversible, los discursos construidos en torno a él parecen no generar un giro radical en los modos de pensar y vivir sobre los que se construyen las sociedades desarrolladas. Por eso, a veces es preciso hacer visible las cifras en términos no cuantitativos, crear descripciones de nuestro mundo que reviertan la lógica de la abstracción, que logren comunicarse en un idioma concreto, elocuente y directo, todavía comprensible para nosotros. Es lo que plantea el artista y arquitecto Peru Medem (San Sebastián, 1988) en su obra Hielo (2019), una pieza de realidad virtual que traduce a contextos visuales las consecuencias del derretimiento de los polos, aproximándonos, de modo crítico y emocional, a la excesiva intervención del ser humano sobre el medio ambiente.
Hielo interpreta la experiencia inmersiva articulándola como viaje al abismo de una cifra. La música compuesta por Alberto Iglesias para la película Los amantes del círculo polar, dirigida por Julio Medem en 1998, acompaña la aparición de distintos tiempos narrativos en un relato cuidadosamente diseñado, dirigido a conmover al usuario más allá de los conceptos ecológicos desplegados. La pieza ofrece la posibilidad de explorar, sin un destino predeterminado, la amplitud y la belleza de un paisaje helado, el espacio vacío y limpio de lo deshabitado; también permite descubrir los matices de los colores de la Antárdida, las particularidades de la incidencia de la luz en los volúmenes arquitectónicos y una atmósfera congelada donde la soledad metafísica se vincula a la introspección y a la serenidad. En Hielo somos habitantes de un lugar desconocido donde la interactividad plena deriva hacia enfoques contemplativos y oníricos, en plataformas donde el cuerpo y la percepción se adaptan a un desplazamiento dirigido, similar a un viaje inmóvil. Los sutiles deslizamientos poéticos por el espacio ocasionan una experiencia estética creciente, hasta conseguir que nos adentremos en el tranquilo desvelamiento de nuestros orígenes, en la inmensidad de un cosmos que nos recuerda que no debemos dejar una excesiva huella en un mundo que deberá permanecer sin nosotros.
Hielo, 2019
Peru Medem